En primer lugar, como las plantas provienen de otros lugares que pueden existir ciertas plagas, se bañan sus raíces en un balde o tacho con agua, mezclado con tierra de diatomea y oxicloruro de cobre. En un litro de agua se coloca una cuchara sopera de tierra de diatomea para controlar insectos y una cuchara de té de oxicloruro de cobre, que actúa como funguicida natural.
Otro recaudo que se toma, es colocar las plantas que llegan a raíz desnuda, en un sustrato suelto y liviano, como por ejemplo abono compuesto, viruta o aserrín, para que le proporcione humedad y no sufran las distintas condiciones climáticas.
Otra recomendación es que al trasplantar el frutal, hay que considerar que la parte del injerto, debe quedar entre 10 y 15 cms. sobre el nivel del suelo, nunca debe quedar bajo tierra. Y con respecto a la poda, se debe hacer un corte a la yema apical, para que la energía se concentre en su primer año de plantación, en la raíz y en las ramificaciones, creando un frutal con copa, lo que facilita la cosecha de frutos.-