1. Mejora la estructura del suelo: El compost ayuda a mejorar la estructura del suelo aumentando su capacidad para retener agua y nutrientes. Esto favorece un crecimiento más sano de las raíces y, en última instancia, se traduce en plantas más productivas.
2. Mejora de la fertilidad del suelo: La materia orgánica del compost libera una amplia gama de nutrientes esenciales, como nitrógeno, fósforo y potasio, de forma lenta y constante. Esta liberación de nutrientes alimenta a las plantas durante un período más prolongado, evitando desequilibrios de nutrientes y reduciendo el riesgo de lixiviación.
3. Supresión de enfermedades: El compost contiene microorganismos beneficiosos que ayudan a suprimir ciertas enfermedades de las plantas. Estos microorganismos compiten con patógenos dañinos, creando un ambiente menos propicio para el desarrollo de enfermedades.
4. Reducción del consumo de agua: El compost mejora la retención de agua en el suelo, reduciendo la necesidad de riego frecuente. La materia orgánica en el compost actúa como una esponja, absorbiendo y reteniendo la humedad, asegurando que las plantas tengan acceso al agua durante los períodos secos.
¿Qué es el compost?
El compost es un fertilizante natural producido a partir de la descomposición de residuos orgánicos. Consiste en recoger diversos materiales, como restos de cocina, recortes de jardín y otras materias vegetales, y dejar que se descompongan con el tiempo. El producto final es un abono rico en nutrientes que aumenta la fertilidad del suelo, favorece el crecimiento de las plantas y mejora la salud general del jardín.