Esto es porque al estar menguando la luna, no ejerce tanta fuerza de gravedad sobre los líquidos de las plantas, permitiendo que las zanahorias, rabanitos o remolachas, concentren sus energías en la raíz, y den hortalizas más grandes y mejor formadas.
En este caso, Santiago sembró primero semillas de zanahorias y después semillas de acelga white, una acelga de penca blanca, que obtuvo en un intercambio con un productor de Chile. Si bien las semillas estaban guardadas del 2004, si están bien conservadas, no hay ningún problema de pérdida de poder germinativo.
Las semillas deben esparcirse de acuerdo a su tamaño, si son muy chicas como son las de zanahoria, se pueden sembrar, como si se estuviera salando una comida, y las acelgas que son más grandes, se pueden ir distribuyendo con mayor facilidad. Otro dato es que deben cubrirse de tierra, aproximadamente entre 2 a 3 veces su tamaño, lo que hace que las semillas más chicas, tengan una siembra más superficial, que semillas de mayor tamaño. Luego se procede al riego.-
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