En ésta oportunidad, Santiago habló de un árbol emblemático de gran parte de la Patagonia, se trata del ciprés de la Patagonia, o austrocedrus chilensis según su nombre científico. Es una planta nativa de los bosques patagónicos, que se puede encontrar desde el norte del Neuquén hasta el centro sur de Chubut, en la zona de la cordillera y precordillera. Tiene hojas escuamiformes y perennes, brindando su verde a los bosques aún durante el otoño y el invierno, además de generar fotosíntesis todo el año.
Crece en suelos pedregosos, volcánicos, y pueden soportar largos periodos de sequía y temperaturas muy bajas, por esa razón se dice que el ciprés es un árbol pionero o colonizador, ya que otras especies no lo harían si no fuera porque el ciprés brindó un ecosistema más amigable.
Esta conífera tiene una corteza de color gris pardo con marcadas grietas longitudinales, y su madera es buscada para muebles o para la construcción. Tiene flores masculinas y femeninas en la misma planta (monoicas), aunque también hay planta solo masculinas o solo femeninas (dioicas). Su multiplicación es por reproducción sexual, es decir a través de sus semillas. Tiene raíces muy poderosas que se expanden con mucha fuerza, incluso llegando a partir las rocas para poder extenderse.
Quien quiera ver un bosque de cipreses de la Patagonia, solo tiene que mirar hacia el cerro Curruhuinca o el Comandante Díaz, y lo encontrará con todo su verdor propio de un bosque de hojas perenne.-