Especialistas del Instituto de Investigación y Desarrollo para la Agricultura Familiar (IPAF) Patagonia del INTA fomentan la elaboración y uso de enmiendas orgánicas por los beneficios que aportan al suelo como también la fabricación de sustratos para la producción de plantines. Pautas prácticas para elaborar compost, lombricompuesto y bocashi.
Con el objetivo de preservar las especies vegetales y disminuir el uso de suelo nativo para la producción de plantines, un equipo de investigación del Instituto de Investigación y Desarrollo para la Agricultura Familiar (IPAF) Patagonia del INTA impulsa la elaboración de enmiendas orgánicas para que, de esta forma, se aprovechen materiales y subproductos locales tales como hojarasca, pinocha, estiércoles de diferentes orígenes, bagazo de cerveza, orujo de manzana y de uva, escobajo, chips de maderas y restos de cosecha. A los que se le pueden sumar minerales de la puzolana, tierra de diatomeas y cenizas volcánicas abundantes en la región.
La propuesta se centra en el papel vital del compost en el mantenimiento de suelos saludables, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la entrega de conocimientos prácticos para minimizar la contaminación mediante una tecnología de compostaje. Así, se consideran las características físicas, químicas y biológicas del suelo y se valorizan las capacidades técnicas y la infraestructura instalada en cada espacio productivo.
“La utilización de estos materiales orgánicos favorece el cuidado del suelo y del agua, recursos esenciales para sustentar la vida en la Tierra, debido a que están interconectados y necesitan de una gestión integrada”, explicó Myrian Barrionuevo, investigadora en gestión y aprovechamiento de residuos agropecuarios para la nutrición vegetal del INTA.
El uso de enmiendas orgánicas como el compost, el lombricompuesto y el bocashi es una práctica que previene la erosión del suelo, mantiene y mejora su biodiversidad y contribuye al cuidado de la calidad y cantidad de agua. Por este motivo, el desarrollo de variedades forestales nativas y exóticas, arbustos y hortalizas de los viveros requieren de manejos integrales que pongan en valor el cuidado del suelo, el agua y la utilización de los recursos locales.